Sueños, amor y antidepresivos.
Dejar de soñar, y ella,
dulce paloma, a mi lado,
respira y sonríe al sentir mis labios sobre su mejilla,
el calor de su cuerpo calienta al mio;
frío, olvidado y confundido me envuelvo con sus alas y me elevo cerca...
..cerca,
lo suficiente para avistar desde la altura su sueño..
pero lejos aún para ser partícipe de él.
Ramas, un árbol, la luna y las estrellas como testigos
de nuestras sombras danzantes sobre el suelo,
sombras del vacío en mi alma,
sombras del recuerdo que la llenan.
Y al saber que junto a ella,
(blanca, suave, hermosa),
ya no respiro,
despierta a mí por un segundo,
solo para encontrar con la última pluma de la punta de su ala
mi lado de la cama aún tibio
a horas de mi partida,
mientras yo, confundido,
corro intentando alzar vuelo hacia su nido,
su sueño.
Luego despierto.