Ese delgado pedazo de plástico que nos separa de la realidad...

Thursday, June 22, 2006

Fuego tu silencio. (i)

El simplemente ya no estaba en nosotros. Se hace tarde!!- gritaba- y tu no puedes hacer nada, ahora solo queda irse- Vete entonces!!, vete...- la ira se había apoderado de mi estómago y hasta podía sentir como subía por mi pecho y hacía de mi cabeza su nido, aunque no era la primera ves que tenía este sentimiento no podía controlarlo y es que en realidad nunca lo haría...nadie. -Entiende...- dijo ahora mas calmada y con una voz suave y maternal que me hacía creer que todo estaría bien, vaga ilusión, tal vez, pero me encapriche en hacer que mi mente cayera en ella, lástima que el producto de esa actitud no pasaría del creer, creer que todo estaría bien una ves mas, - ..el daño es muy grande y es imposible, incluso para nosotros, devolverle a él la vitalidad que una ves tuvo, y ahora solo queda ahorrarle el sufrimiento: un disparo en la cabeza, eso es lo que haremos, después de eso él ya no sufrirá mas-hablaba mientras deseaba no escucharla...deseaba. -¿Como quieres que acepte eso como única solución?!!-lloré, y aunque no quería hacerlo ya no era yo el que actuaba, si tan solo existiera un yo que no fuera instinto, madre, padre amigo y mentira. Lo sabia y lo aceptaba: habíamos habitado en él mucho tiempo, mas del necesario para justificarnos, y por eso nos sentíamos tan unidos a él, lo necesitábamos, es mas, añorábamos mezclarnos con él y perder nuestra existencia en él. Pero era hora de partir y dejarlo atrás, para enfrentar nuestro hado sin las amarras a las que voluntariamente aceptamos para no despertar...despertar. Mientras pensaba en esto escuché el disparo y supe que después de ella era mi turno, no quería hacerlo pero ya era tarde para él, y para nosotros, y para todos, tarde para yo, madre, yo padre, yo amigo, tarde para yo mentira. Fallar ahora acaecería con las mismas consecuencias que si triunfáramos: seriamos odiados. Tomé el arma de sus aún temblorosas manos, (vestigio de su existencia; como el calor que deja el sol sobre las rocas tras el día), y grité al mismo tiempo que aumentaba la presión sobre el gatillo: Y ES QUE NO HAY OTRA MANERA?!!!!- y aunque sabía que no había nadie ahí que tenga los oídos para oír mis palabras esperaba que alguien respondiera. El grito fue ahogado por la sangre que invadía el espacio en el que mi ira había anidado, la desalojaba mientras ella salía volando cual rapaz ave que busca una nueva presa para alimentar a su nido, pero no sabía que sus crías se quedarían junto a mí para siempre y ella mas nunca volvería a mi...nunca. Al menos por un segundo no hubo más, por un segundo que duro una eternidad mas una eternidad que termino en un segundo yo ni nadie existió y tampoco nada importó. Y es que no había otra manera. Tja, 28 de marzo del 2003.

Thursday, June 15, 2006

Fuego tu silencio (ii)

El hombre es espíritu, mas así el espíritu es símbolo no realidad.
El viaje fue corto si trato de medirlo en días humanos, pero, el tiempo no significa nada para el ocaso; el y su mutismo redefinen al tiempo así como al mundo entero una ves por día, por eso ahí, en la ciudad del ocaso las voces de los hombres eran mudas y son las piedras las que oran por la salvación de los hombres. Y antes de aventurarme a cruzar el primer puente debía dormir a mi espíritu, que maldito es él tras el Estigia, y despierto jamás se atrevería a dejarme. Así es como probé una siesta en la eternidad, pero no eran las tierras imperecederas las que visité y no estoy seguro de que en verdad sean más que un símbolo aquellas nubes en las que todo ser ama a su prójimo, al menos no para mi, para mi la alegría se convirtió en mi cruz, una cruz que debía cargar en medio de los mas grandes sufrimientos, deseando luna a luna despertar y ser mortal, una vez mas... Tja, 4 de abril del 2003

Sunday, June 04, 2006

Fuego tu silencio (iii)

..Y menos mal que ya estaba muerto.

Seguí algo que vagamente podría ser llamado camino, mas bien parecía un empedrado de caras, caras que te gritaban implorándote que las pises, y es verdad que mientras más duro pisaba sobre una su grito, que a una persona poco observadora podría parecerle un gemido por piedad; en realidad pedía más, y lo que empieza con un grito se convierte rápidamente en una infantil carcajada y luego te implora por más y con gusto satisfacerías su deseo una y otra ves, como aquellos que antes de mi habían llegado a esas tierras y aun seguían pisando a las caras,- flacos como artistas del hambre eran, pero no con la misma inteligencia-, siguiendo, -víctimas de su propia compasión y amor a los hombres-, una rutina de la que solo con el paso de los eones podrían liberarse, (y les dije, aquí el tiempo corre como en el ocaso).
Se me antojó sucio y vomitivo este lado, su justicia me pareció errada, y un cierto sentido de compasión se despertó en mí, e hice la promesa de ayudarlos a cambiar, promesa de la que me arrepentí al haberla cumplido, por que, -sin saberlo-, estaba haciendo lo mismo que los ‘’pisa-caras’’, negando su verdad y tratando de imponer la de los crucificados creyendo que ellos la necesitaban...tan solo por que me creí mas fuerte que el ayunador...
Tja, 5 de abril del 2003
Hasta acá llegó lo que tendría que haber sido una novela, ya saben, el sueño ególatra y aventurero de hacer algo digno de recordar...aun ahora me pregunto como terminó, si llegó a cruzar el puente y que es lo que hacia en esa susodicha tierra del ocaso, la verdad es que algún día me sentare a preguntarle el resto de la historia a mi espíritu, aquel que dejé dormido junto al puente de las caras en la tierra del ocaso imperecedero...menos mal que estoy muerto.
Tja, 12 de septiembre del 2005.
supongo que cuando una historia es mala lo mejor que uno puede hacer para que esta parezca buena es contarla desde el final.
Lp, 4 de junio del 2006.