Ese delgado pedazo de plástico que nos separa de la realidad...

Thursday, October 06, 2005

Ayer maté un mimo.

Eran las tres de la mañana cuando entró a despertarme, el idiota no hablaba en nuestro idioma sino en ese idioma de los mimos que sólo puedes oir cuando duermes, cuando aparentas hacerlo para que el coco no te coma o cuando eres un mimo; recuerdo aún el sonido de sus zapatitos sobre el piso cuando se acercaba a mi puerta: chuiiiki!, chuiiiki!.
No se por qué en realidad me puse tan violento cuando el mimo comenzó a hablarme, (no piensen mal, ya les dije, me habló en otro idioma), y aún ahora me arrepiento cada que paso frente a mi cama, bajo la cual acomodé perfectamente al cuerpo del mimo muerto, (por supuesto que me deshice de los zapatos, simplemente no pude aguantar su presencia); pero si tengo que justificarme ante ustedes por el crimen que cometí puedo decirles esto: el mimo empezó con decirme que lo que me hiba a contar era un secreto. -¡no faltaba más!-pensé- un mimo que revela secretos debe morir- y acabé golpeándolo hasta la muerte, lo peor es que ahora cuando el silencio invade mi habitación y la ventana de mi cuarto empieza a conversar sola, (está loca la ventana de mi cuarto, pero si quieren de ella les puedo contar otro día), puedo oir el sonido del mimo mientras lo golpeaba: Chuiiiiki!....chuiiiiki!...

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