hola
Nunca se enteraron, pero yo los maté en ese frio minibus de rueditas de cartón, los maté en aquella ciudad que quema con su aliento, y los maté en su pensamiento de primavera, (en la-su-nuestra-paz), mientras la noche nos espiaba detrás de los edificios de queso y migraña escondida de la mirada de una luna encatada por la idea de la sangre por la madrugada...en fin...los maté señores y ahora que se que no están ahi puedo hablar con honestidad para decirles que los odio y si tan solo se atrevieran a volver volviera yo a matarlos cual hormiga de ensalada...salute.