Ese delgado pedazo de plástico que nos separa de la realidad...

Friday, September 02, 2005

La mordida del diablo


Dos horas despues de partir, la alta selva empezaba, el sol pelaba nuestras nucas y cientos de mosquitos aparentaban alimentarse de nuestros huesudos y desnutridos cuerpos, nosotros, rabiosos y consternados, no podiamos contenernos, seguiamos avanzando robàndole cada centímerto de terreno al enemigo a base de sangre y fuego, fue en ese momento, bajo la ronca voz de mi thompson, en el que pude verlo, tan claro, tan puro, y es que despues de haber estado internado en esa sierra por cuatro dias, el desembarco en costas fangosas y hediondas bajo la mano de la muerte intentando asir a alguno de nosotros por el cuello, el eterno intercambio de insultos igneos entre nosotros y el enemigo, y la muerte de un compañero, que mas que pena resultaba un alivio, morir rapido y callado, o al menos morir despues de botar el coco por la boca, poco a poco. fue ahí, mientras mi dedo indice se hundia en el gatillo y empezaba a sangrar junto a mi alma enferma, asesina, donde me di cuenta de eso que me persigue en mi recorrido por el estigia, atormentando tanto al barquero que amenaza con parar y dejarme proseguir el camino solo.
Los matamos a todos, mientras de nuestro lado carlos y joaquin esperaban su hora, carlos con la pierna izquierda destruida no dejaba de rezar y recomendarse a sus santos y a dios, la verdad yo habia dejado de hacer eso hace tiempo, cuando supe que dios estaba del lado de los contras. Por otra parte la selva empezaba a imponer sus oscuras ramas sobre nosotros negando al sol y todo lo bueno que yace de su lado y el susurro del viento solo era interrumpido por los gemidos de carlos y el ultimo suspiro de joaquin, que fue mas una arcada o una maldicion que un suspiro. Del grupo de trece que desembarcamos al principio solo quedabamos cinco, y podias ver en nuestros ojos que el unico deseo que rondaba nuestra cabeza, era la misma señora que habia puesto su mas alta silla en nuestros corazones: la muerte.
Hay varias cosas que no deseo recordar del resto, de como llegamos a punto almodovar, lugar en el que la guerrilla tenia su enclave, ni de como pasamos la noche en aquella cueva conocida por los pueblerinos de villa victoria, (a los que tuvimos que ejecutar luego por su relacion con los contras), con el nombre de "la mordida del diablo", y mucho menos de aquello que conocía y casi tocaba cuando mataba, en el momento en que mi grito de pavor se transformaba en una carcajada desfigurada por el odio. De todas maneras la muerte del resto del equipo exeptuandome a mi y a alfonso pudo ser fácilmente explicada por la desnutrición, las enfermedades o las repentinas incursiones en territorio de los contras, aunque yo sepa que todo eso es mentira, y que alfonso no murió por un ataque cardiaco sino por una intoxicacion producida a propòsito, no puedo más que descansar en mi sillon con la seguridad que nadie mas sabe que es eso que habita dentro de la alta selva, que es eso a lo que nos enfrentamos los cinco y a lo que solo dos sobrevivimos, nadie sabe que eso que está y no está en la mas profunda oscuridad de la mordida del diablo.

3 Comments:

Anonymous Anonymous said...

Es un placer hallar blogs como el tuyo y mejor si son de Bolivia, gracias a tus navegaciones sin brujula me permitieron encontrar sitio.

Gracias por la visita, seguiremos leyendote y manten esa calidad en tus historias.

05 September, 2005

 
Blogger Feju said...

gracias rolando, y fue un gusto leerte a ti tambièn...

06 September, 2005

 
Blogger Feju said...

snif!

06 September, 2005

 

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